Nace un nuevo apostolado para dar consuelo y acompañamiento a quienes han perdido a un ser querido

Durante el triduo de la sección de señoras, en octubre, Marcela Andrino comenzó a darle forma a una iniciativa que surgió desde su propia experiencia con el sufrimiento y el dolor. El 26 de abril de este año tuvo que enfrentar, junto a su esposo Luis Sosa, la repentina partida de su hija mayor María Macarena.

Luis Sosa y Marcela Andrino.

Este apostolado, al que han llamado “Vive Resucitado” surge comouna de las respuestas al sufrimiento de las personas en duelo, que al igual que nuestra Madre, sobrelleva la muerte de un ser querido. “Con mucho agrado y alegría les compartimos que, con la gracias de Dios, iniciamos el 2 de diciembre este proyecto anidado en la Parroquia de Betania, los viernes”, comentan Marcela y Luis. Le dieron el nombre de “Vive resucitado” porque quien queda puede ir superando las situaciones diarias si enfoca su alma en la vida, muerte y resurrección de Jesús y los duelos de Jesús y María. “Este apostolado tiene un proyecto propio, personal y particular para desarrollar. Su objetivo es que los integrantes, hermanados por nuestra situación de duelo seamos esperanza para el mundo. Una vez finalizado el encuentro, se invita a los presentes a participar de las actividades ordinarias de nuestra iglesia: adoración permanente, rosario y misa”, explican.

Como acompañamiento en el duelo, se ofrecerá los terceros viernes de cada mes una misa por los difuntos y los cuartos viernes se les invitará a los retiros que se desarrollan en la Parroquia. “Será Dios mismo el consuelo y respuesta a sus situaciones de dolor”, reflexionan Marcela y Luis.

La hija de Luis y Marcela María Macarena.

Ambos agradecen la aceptación, acogida, compasión y caridad que los sacerdotes legionarios tuvieron al enterarse de la propuesta de este apostolado. “La recibieron con alegría que plasmaron dando espacio físico, apoyo y bendiciones”, recuerda este matrimonio, en que Luis participa activamente del Regnum Christi desde hace muchísimos años y trabaja en la radio VTR Almagro, que da cuenta de la vida espiritual y apostólica en esta localidad. “Orando y meditando en adoración, lo fui plasmando y discerniendo con mi director espiritual el P. Carlos Macías L.C. Así surge como apostolado para ser respuesta desde Betania, casa de descanso y amistad con Jesús, para los afligidos”, explica Marcela.

Marcela y Luis aún transitan por el camino del duelo por el fallecimiento de su hija mayor, María Macarena, el 26 de abril de este año. “Ella tenía 32 años y era maestra de niños hospitalizados y otros con tratamientos en sus casas, situación que no les permitía asistir a la escuela”, añade. “Dios me pide ayudar a otros en la misma situación. Él sale a mi encuentro porque yo lo buscaba al ir al triduo y al grupo de encuentro con Cristo”. 

Durante el triduo se preguntó: “¿Qué hizo María luego de la muerte de Jesús? María estuvo en oración y nace la iglesia con la venida del Espíritu Santo. De una situación tremenda de duelo, surge lo que hasta hoy continúa y nos hace cuerpo de Cristo. De mi situación, Dios quiere hacerse presente en otras personas”. Para Marcela, este apostolado nace desde la fuerza del acompañamiento, contención y ayuda que han recibido como familia por parte de los sacerdotes legionarios de Cristo que atienden en la Parroquia Santa María de Betania.