El domingo 15 de agosto un grupo de chicos de la localidad de Pilar, de entre 17 y 23 años, fueron por la mañana a San Carlos, como es habitual para ellos quienes tienen un apostolado que consiste en ir a misionar por el día. Solo que ese domingo fue diferente ya que era el día del niño.
Ese día el comedero, que estaba enfrente de la plaza, organizaba un evento, por lo cual había muchos más chicos que lo habitual. Fueron preparados con un montón de disfraces y juegos, ya que iban a festejar el día del niño con ellos. Pasaron medio día allí jugando y aprendiendo sobre Jesús, ya que detrás de cada juego habría una clase de teología como lo acostumbran a hacer.
El cambio en estos chicos, desde el día que empezaron a ir hasta hoy, ha sido muy grande ya que muchos no empezaron el colegio de nuevo y éste era un lugar donde se encontraban con amigos, podrían tener interacciones con otros chicos y además aprendían pero de una forma divertida.
Uno de las personas que asistió fue Tomás Claramunt, un chico de 20 años que cuenta su experiencia yendo todos los domingos con los chicos de «Adopta un pueblo», apostolado que como su nombre expresa sirve para hacer un seguimiento tanto del pueblo como de su gente para así darle continuidad entre misión y misión. Considera que es fundamental este proyecto pues lo toman como base de los encuentros, al tener muy presente a Jesús, ya sea en las “clases” de catequesis que se dan a través de los juegos, como enseñándoles a rezar y así cerrar los encuentros con oraciones. De esta forma de a poco se les va enseñando y mostrando la importancia que tiene cada cosa.