Los confirmandos de 4° año del Colegio Oakhill Pilar vivieron tres días de encuentro con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, preparándose para recibir la Confirmación.

Entre el 18 y el 20 de agosto, los alumnos de 4° año del Colegio Oakhill Pilar vivieron un retiro muy especial en la Casa San Agustín, en La Lonja, acompañados por los coordinadores de la sección.
El encuentro tenía un objetivo claro: ayudar a los confirmandos a disponerse de corazón para recibir el sacramento de la Confirmación en dos meses. Para eso, se los invitó a algo que va más allá de una experiencia puntual: un verdadero encuentro cara a cara con la Santísima Trinidad.
Cada día tuvo un acento particular que fue marcando el camino del retiro. El primer día los jóvenes fueron descubriendo a Dios Padre como ese Padre que nos ama y nos sale al encuentro para invitarnos a volver a casa. La temática del segundo día fue centrada en Jesucristo, verdadero hombre, cercano y amigo, que nos muestra con su vida cómo amar a nuestros hermanos y cómo permanecer en el amor de Dios.

La tercera jornada concluyó el retiro con una fuerte experiencia del Espíritu Santo. Sobre esto, compartió uno de los coordinadores que acompañó el retiro:
“Reconocimos al Espíritu Santo como nuestro Paráclito, enviado para acompañarnos y llenarnos con sus dones. Descubrimos nuestra necesidad de Él para seguir a Cristo, para reconocer nuestra propia fragilidad y para vivir la Confirmación como una decisión libre de seguirlo con alegría”.
Fueron tres días intensos de oración, reflexión, dinámicas y vida compartida que dejaron huella en cada uno. Muchos expresaron que volvieron a sus casas con el corazón encendido, más conscientes de lo que significa ser hijos de Dios, amigos de Cristo y templos del Espíritu Santo.
Este retiro no fue un paréntesis en sus vidas, sino un paso concreto y profundo en el camino hacia la Confirmación, con el deseo renovado de seguir a Cristo y abrirse a la acción del Espíritu Santo.







