CÓNCLAVE PARA ELEGIR AL 267º SUCESOR DE PEDRO

El Cónclave es el ordenado desarrollo de la reunión de los cardenales electores a quienes, en la vacante de la Sede Apostólica, les corresponde el importante y arduo encargo de elegir al Romano Pontífice.

El próximo miércoles 7 de mayo comenzará el Cónclave para elegir al 267º Sucesor de Pedro en
la Capilla Sixtina del Vaticano, que permanecerá cerrada al público durante esos días.

Constitución Apostólica

Misa de apertura y procesión hacia la Capilla Sixtina

El miércoles 7 de mayo por la mañana, los cardenales concelebrarán la solemne Misa “proeligendo Pontifice”, celebración Eucarística presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio,
quien invitará a sus hermanos a dirigirse por la tarde a la Capilla Sixtina con estas palabras:

“Toda la Iglesia, unida a nosotros en la oración, invoca constantemente la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido por nosotros un digno Pastor de todo el rebaño de Cristo”.

Desde allí, la procesión  se dirige a la Capilla Sixtina, en cuyo interior los cardenales cantarán el himno Veni, Creator Spiritus y prestarán juramento. La Capilla Sixtina estará acondicionada con bancos para el recuento de votos y un horno donde se quemarán las papeletas. Para elegir al Papa será necesaria una mayoría cualificada de dos tercios. Están previstas cuatro escrutinios por día, dos en la mañana y dos en la tarde.
Si los votos para un candidato alcanzan los dos tercios de los votantes, la elección del Pontífice es canónicamente válida.

La elección del nuevo Papa

En este momento se llama al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas y al Secretario del Colegio Cardenalicio. Al nuevo elegido se le preguntará: ¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?  (¿Acepta usted su elección canónica como Sumo Pontífice?) y ante una respuesta afirmativa añade: ¿Quo nomine vis vocari? (¿Cómo quieres que te llamen?), pregunta a la que responderá con su nombre pontificio.
Tras la aceptación, se queman las papeletas, logrando que desde la Plaza de San Pedro se pueda ver el clásico humo blanco. Al final del Cónclave, el nuevo Pontífice se retira a la “Sala de las Lágrimas”, es decir, la sacristía de la Capilla Sixtina, donde revestirá por primera vez los ornamentos papales – preparados en tres tallas – con los que se presentará a la multitud de fieles atraídos a la Plaza de San Pedro por la fumata blanca.

Después de la oración por el nuevo Pontífice y del homenaje de los cardenales, se entona el Te Deum que marca el final del Cónclave. Luego el anuncio de la elección, el Habemus papam, la aparición del Papa, precedido de la cruz procesional, que impartirá la solemne bendición Urbi et Orbi.

Cardenales electores que participarán en el Cónclave