Durante esta Semana Santa, una misión cargada de fe, entrega y comunidad tuvo lugar en los barrios San José, La Montaña, San Agustín e Islas Malvinas de San Lorenzo, Salta. Acompañados por el párroco Padre Oscar Ossola y guiados espiritualmente por el Padre Santiago Pérez, 24 familias misioneras compartieron la Buena Noticia con vecinos y vecinas, llevando el mensaje del Sagrado Corazón de Jesús a cada rincón de estos barrios.
La misión se centró en la capilla San José, donde se vivieron momentos intensos de oración, encuentro y evangelización. Participaron 46 adultos y 74 niños, quienes se sumaron con entusiasmo a las distintas actividades, incluso en medio de un clima desafiante, con jornadas de calor extremo y lluvias intensas. Nada de eso detuvo a los misioneros, que recorrieron las calles durante el Viernes y Sábado Santos con alegría y determinación.
Uno de los momentos más significativos fue la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en 150 hogares, acompañada por el gesto de colocar el detente en las puertas de las casas que se abrieron a recibirlo. Este signo profundo de fe renovó la esperanza y el compromiso de muchas familias, que experimentaron la presencia viva de Jesús en medio de las dificultades.
Durante la misión también se realizaron actividades especiales para los más pequeños, combinando evangelización con dinámicas creativas y momentos de juego, haciendo que cada niño pudiera sentir el amor de Dios de manera cercana y alegre.
La Vigilia Pascual, celebrada el sábado a las 19 hs, fue el broche de oro de una experiencia inolvidable. Vecinos de los barrios, familias misioneras y miembros de las capillas participaron de una celebración cargada de emoción, alegría y sentido de comunidad.
Esta misión, fruto del trabajo y organización del equipo coordinador durante los meses de febrero, marzo y abril, dejó huellas profundas en todos los que participaron. Más allá del cansancio y los desafíos, el corazón se llenó de alegría por haber compartido la noticia de un Jesús vivo, presente y transformador. En medio de las adversidades, esta misión fue para muchos una experiencia única de encuentro con Dios y con los hermanos